jueves, 3 de octubre de 2013

Entrevista al Dr. Juan E. Cadavid


La higiene excesiva es dañina y la mala postura corporal afecta la mordida.

¿Quién no quiere tener una sonrisa bonita y unos dientes blancos? Seguramente, la gran mayoría de personas responderían con un sí rotundo a esta pregunta.

Hoy son muchos los productos y procedimientos que ayudan a hacer ese deseo realidad. Sin embargo, alrededor del cuidado de la dentadura hay una serie de mitos que, de no aclararse, pueden hacer más daño que bien.

Leonard Litkowsky, odontólogo y magíster en Patología de la Universidad de Maryland, y Juan Ernesto Cadavid, odontólogo de la Universidad Javeriana, aclaran algunas de las creencias más comunes, con el fin de que las personas tengan una adecuada salud oral. (Lea también: Cuide la salud de su boca / Le tengo el remedio.)

Cepillos eléctricos son mejores

Para Leonard Litkowsky, esta afirmación es cierta. “Para pacientes que les cuesta cepillarse los dientes, estos cepillos son ideales, pues la vibración ayuda a remover más placa y además pueden entrar en espacios donde los convencionales no lo hacen”. El hecho de que sean eléctricos no quiere decir que usted no deba hacer ningún movimiento con las manos.

La higiene excesiva es peligrosa

Es una de las mayores causas de aumento de sensibilidad dental (se cree que aqueja al 30 por ciento de las personas a nivel mundial). “Quienes se cepillan los dientes con mucha fuerza tienden a presentar sensibilidad”, asegura Litkowsky.
“Lo mejor –asegura Cadavid– es lavarse los dientes después de cada comida día y usar un cepillo y una técnica suaves. Si usa uno suave, pero se los cepilla fuerte, va a comenzar a tener abrasión (pérdida patológica de tejido mineralizado). Las cremas dentales tienen productos abrasivos que, a largo plazo, pueden rayar el esmalte”.

El chicle produce caries

No del todo. Cuando se usa después de una comida sirve de autolimpieza, porque se pegan partes de los alimentos. Ahora, con el consumo excesivo de chicle, la gente tiende a bruxar (apretar los dientes) pasivamente; “esto hace que se desgasten y se rompan los cristales del esmalte, lo que, a largo plazo, puede ocasionar caries”, dice Cadavid.

Ojo con las modas de afilarlos y separarlos

Ernesto Cadavid explica que “cuando los dientes no están alineados o hay espacios entre ellos, pierden su eje, comienzan a moverse y desarticulan la mordida, y con ellos hay problemas hasta en la postura. Las desviaciones en la mandíbula ocasionan también desviaciones en la columna”.

No todo en papilla para los niños

Cuando se les da la comida en esta preparación, no desarrollan una buena mordida. “Es clave que haya un movimiento muscular fuerte para que desarrollen la estructura mandibular. El primer desarrollo es con la amamantada; sin embargo, cada vez son menos las mujeres que lo hacen durante un tiempo prolongado; por eso es importante el movimiento muscular”, dice Cadavid.

Productos blanqueadores son inocuos

Leonard Litkowski explica que “como usan agentes de blanqueamiento o surfactantes, que son en esencia un detergente que ayuda a limpiar los dientes, pueden cambiar el PH y producir sensibilidad”.

Ernesto Cadavid añade que estos productos “sirven para aclarar los dientes, pero no como un tratamiento a largo plazo, pues tienen porcentajes de blanqueamiento muy bajos, alrededor de un 10 por ciento”.

Lo boca está separada del resto del cuerpo

“Si hay bacterias o enfermedades periodontales que implican alguna inflamación, puede tener el mismo efecto en su cuerpo”, dice Litkowsky.

Las bacterias que causan las caries dentales pueden bajar por el torrente sanguíneo, afectar el corazón y generar enfermedades como la diabetes.

La mala postura los afecta también

Por extraño que parezca, una mala postura corporal afecta la mordida. “Cada vez pasamos más tiempo sentados frente a un computador con la cabeza inclinada y mirando hacia el teclado, o cogemos el teléfono y lo apoyamos contra el hombro mientras escribimos. Este tipo de posiciones descuadran los dientes, porque los músculos del cuello se tensionan y, por acción de la gravedad, los dientes de adelante comienzan a moverse y aflojarse”, explica Cadavid.

El morder esferos, lápices, entre otros, durante mucho tiempo, puede comenzar a abrir zanjas entre los dientes.

El uso diario de enjuague bucal afecta el esmalte de los dientes

Aunque no afecta el esmalte y ayudan a controlar la placa bacteriana, no quiere decir que haya que usarlo diariamente. “Puede usarse durante una semana, pararlo y luego volverlo a retomarlo. Si se usa muy a menudo, mata la flora de la boca y daña su equilibrio bacteriano. Hay bacterias que ayudan a que haya una flora intestinal adecuada, pero si las matamos todas, van a haber problemas digestivos”, explica Cadavid.

Si las cordales no molestan es mejor dejarlas

Cuando estas muelas “se encuentran acostadas, están incrustadas dentro del hueso y no están activas, es decir, no hacen nada por la mordida del paciente, es mejor sacarlas. Si no molestan se pueden dejar y no hay ningún problema para la persona”, asegura Cadavid.

A los niños menores de un año no hay que lavarles los dientes

Antes de cumplir un año los dientes de los niños pequeños son muy lisos y delgados así que no necesitan de una limpieza, sin embargo, en el mercado hay cepillos para bebés que pueden ser usados cuando comen mucho dulce o acostumbran a dormirse con el biberón. “A partir de los dos años y medio cuando salen las muelas, ya se pueden producir caries, así que hay que lavarles los dientes para que ellos aprendan a hacerlo de la manera correcta”, explica Cadavid.



Fuente: Eltiempo.com
REDACCIÓN SALUD